Anuario 2019

“Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Demos gracias a Dios porque es bueno, porque es eterno su amor.”
Salmo 118, 24 y 29

Como dice el salmo, fue un tiempo de inmensa alegría y gratitud. Lo hicimos de muchos modos, ya lo verán en las siguientes páginas, pero lo importante es el sentido de la fiesta, que desde nuestra tradición judeocristiana es tan importante.
Bailó David ante el arca que representaba –para su mentalidad allí estaba realmente– el Dios de los Padres, el Dios liberador, el Dios de Alianza.
El primer signo de Jesús también nos relata el cuarto evangelio, se dio en las bodas de Caná. Las bodas eran las grandes fiestas de aquellos tiempos. Seguramente allí María, Jesús, María Magdalena, Santiago, Juan y hasta Pedro bailaron, comieron y bebieron. Y cuando faltó el vino, María no dudó en llamar a Jesús…

La celebración tiene un valor religioso, entonces, pero bien sabemos, tiene un valor antropológico fundamental. La fiesta recupera la dimensión sagrada de la vida, es decir la vida como don de Dios. Nos habla de nuestro origen y destino: Dios nos crea para ser felices y ser constructores de felicidad para todos.
La fiesta nos humaniza, porque implica gratitud y compromiso.

En primer lugar, celebrar significa dar gracias, por una nueva vida, por una boda, por un joven que se gradúa… muchos son los motivos para festejar agradecidos por haber llegado hasta allí. Así sucede con nuestro Colegio, en primer lugar expresamos este año la alegría de nuestra historia, del riesgo de aquellos cuatro Hermanos que llegaron a un país lejano del que no conocían ni la lengua y empezaron a trabajar… haber sido pioneros en tantos campos, haber mantenido abierto el colegio ininterrumpidamente en distintas circunstancias, haber sido capaces de crecer e innovar siempre.

En segundo lugar, celebrar significa asumir un compromiso hacia adelante, la pareja que se casa, el niño que se bautiza, el joven o la joven que se gradúan significan llegada a una meta, pero comienzo de otra etapa más venturosa y más difícil también. Ahora de verdad hay que vivir, trabajar, luchar, ser creativos, responsables, no bajar los brazos.

Por eso también nuestro festejo de 130 años ha sido un compromiso público con toda la familia colegial, con los docentes y funcionarios que llevan adelante la tarea diaria, desde la planificación a la ejecución, con los padres que confían en el nivel educativo y en la formación en valores que les ofrecemos, con los propios estudiantes involucrados. También con la sociedad, con el país.

Este anuario 2019 registra todo lo vivido con gran intensidad durante el año. A medida que vayamos abriendo sus páginas nos llegaran recuerdos de todo lo vivido y de todo lo que hemos realizado para celebrar estos años.
Es entonces con este espíritu de celebración que nos humaniza que queremos agradecer y felicitar a todos y cada uno de los miembros de esta querida comunidad educativa por el entusiasmo y respeto con el que todos los días se llega a esta gran casa.

Beatriz Estefan
Directora General