Anuario 2018
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“…cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca”
Mt. 7, 25
Con gran alegría presentamos el anuario 2018. Varios son los motivos:
La alegría de ver todo lo que se ha realizado durante el año. Cuánto esfuerzo y trabajo compartido
entre todos para cumplir la Misión.
La alegría de saber que todos dimos lo máximo, que hemos puesto en juego los talentos que Dios nos ha regalado para que los alumnos tengan la oportunidad de prepararse para el futuro que sueñan y merecen alcanzar.
Creemos que de esa manera contribuimos a construir sólidamente, como dice Jesús. Una buena formación académica y en valores es el cimiento adecuado y firme.
Alegría y satisfacción porque en nuestro querido colegio siempre estamos avanzando, atentos a las innovaciones pedagógicas que entendemos se merecen estos niños y jóvenes del siglo XXI. Por tal motivo estamos empeñados en trabajar con nuestro Diseño Curricular por competencias y con proyectos que apuesten a la mejora continua y produzcan impacto positivo en los aprendizajes de nuestros alumnos.
Como siempre lo que se ve en el anuario es sólo una muestra de lo realizado juntos estudiantes, animadores, catequistas, docentes, funcionarios todos, directivos y también las familias, primeras educadoras. Sin duda mucho más se vive, aprende, juega a diario teniendo presentes los valores nazarenos: trabajo, entusiasmo, cuidado de los vínculos, sencillez y confianza en los demás y en Dios.
Como cada año, una vez más agradecemos a las familias la confianza depositada en el Colegio Sagrada Familia para educar a quienes son su más preciado tesoro.
Todos los que formamos parte de esta querida comunidad educativa estamos comprometidos con el trabajo diario sin escatimar esfuerzos, porque nos reconocemos herederos de nuestro Fundador, el Hermano Gabriel Taborin, y porque queremos ser fieles al Soplo del Espíritu.
Asumimos la responsabilidad de contagiar la Alegría del Evangelio, como nos invita el Papa Francisco, así como a procurar la santidad –que no es otra cosa que la plenitud humana y por tanto la felicidad– en nuestra cotidianidad.
Que este anuario 2018 sea para todos sus protagonistas testimonio humilde y agradecido de lo vivido y compartido.
Que Dios y la Sagrada Familia los bendigan abundantemente.
Beatriz Estefan
Directora General