Anuario 2013

“El carisma Sa-Fa, una buena noticia en el corazón de las culturas”

Quisiera presentar, en este número del Anuario, algunos aspectos, vivencias y orientaciones de lo que fue la Asamblea de Hnos. y Laicos, delegados de los distintos países donde se encuentra el Instituto de los Hnos. celebrada en Valladolid (España) en julio de 2013.

Mi gran deseo, (en continuidad con la iniciativa del anterior Capítulo de 2007, que nos invitaba a hacer de nuestros espacios educativos y apostólicos “escuelas de humanización y de relaciones duraderas y sinceras”), era que pudiéramos buscar juntos cómo hacer para que el Carisma Sa.Fa, el espíritu de cuerpo y de familia, ayudara a dignificar a las personas, a crecer en humanidad, a dar sentido a sus carencias existenciales, a fortalecer el deseo de fraternidad y de transcendencia, a lograr impregnar nuestra cultura de la pedagogía del encuentro y del relato, de la fraternidad en Cristo. Bajar a Nazaret, ponernos en camino y realizar con Jesús, María y José el proceso de humanización hasta llegar a construir la familia de Dios. Que cada Hermano de la Sagrada Familia y cada miembro de la Familia Sa.Fa. fuéramos testigos y memoria de la Familia de Nazaret y de la Familia Trinitaria patria definitiva donde descansa y se plenifica todo ser humano. Que la historia de cada miembro de la Familia Sa.Fa. logre hacer transparentar el proyecto de Dios sobre la humanidad encarnado e inculturado en Nazaret y lograrlo en cada uno de nuestros centros y obras.

Pues bien, puedo decir que el Capítulo fue una verdadera experiencia de búsqueda, de compartir, de escucha, de esfuerzo por comprender desde dónde y desde qué experiencia hablaban los que venían de culturas muy distintas y porqué decían lo que decían. Experiencia de discernimiento, de oración, de enriquecimiento y formación, de mirar al futuro sin perder de vista la realidad concreta del Instituto, de alegrarnos por lo que estamos haciendo en misión compartida, pero sobre todo de intentar descubrir caminos de presencia y de diálogo con otras culturas, de reconocer la grandeza de nuestra vocación de educadores capaces de esclarecer las conciencias y propiciar decisiones solidarias, la necesidad de formación permanente y de calidad para poder ofrecer el Evangelio a las culturas. El hombre de hoy espera y merece respuestas calificadas de humanidad, de profesionalidad y de sinceridad evangélica.

La misión que el Señor nos ha encomendado de acompañar y cuidar al ser humano en la realidad en que se encuentre - “¿Dónde está tu hermano?” - nos exige una formación de calidad a nivel humano, profesional y pastoral que no podemos descuidar. La misma razón es para la pastoral de las vocaciones renovada y fortalecida. La vida Religiosa, decía Benedicto XVI, es querida por Dios y será necesaria mientras la “dignidad de la persona” esté amenazada.

En el “Documento de Orientación Hermanos y Laicos”, surgido del Capítulo General, encontramos la hoja de ruta, los principios orientadores de nuestra acción, misión y motivación para el sexenio. Nos puede ayudar a elaborar acciones educativas y pastorales que nos acerquen a las periferias existenciales, al corazón de los hombres, a la raíz de las culturas. Tenemos algo que decir, algo que contar y algo que dialogar con los niños, jóvenes, familias, adultos y personas con las que nos encontremos.

Hno. Aurelio Arreba
Director General