Anuario 2003
Queridas familias, cuando el presente anuario llegue a vuestras manos, estaremos ya próximos a la Navidad. El acontecimiento de hondo contenido afectivo y de fe, sucede en torno a un Niño. Para los cristianos es Dios hecho hombre:
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado;
la soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre:
“Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe
de la paz”.
Is. 9,5
En nuestro Colegio en este año 2003, como desde siempre, podemos decir
que todo acontece “en torno a un niño”. Un niño que
se va haciendo adolescente, joven y que quiere crecer como persona y a quien
pretendemos guiar para que descubra su dignidad y vocación de hijo de
Dios. Por eso, los protagonistas centrales de este Anuario son nuestros alumnos
y alumnas que con nombre y apellido aparecen en su totalidad. Son la razón
de ser del Colegio y junto a ellos la familia de cada uno, con su realidad particular,
pero que está allí, apoyando, sosteniendo, incentivando.
A lo largo del año, múltiples son las realizaciones que contribuyen
a crear el entorno vital, sano y estimulante para el propio desarrollo personal
de niños y jóvenes, en lo intelectual, afectivo, moral y comunitario.
De algunas de ellas, las más relevantes quizá, da cuenta este
anuario. Todas se enmarcan en nuestro proyecto educativo evangelizador y nazareno
que podría condensarse en algunas palabras claves como las que lucen
las banderas a la entrada del Colegio: familia, solidaridad, alegría,
fe, creatividad. Son valores todos que el Colegio pretende vivir y transmitir
en cada una de sus actividades.
Que el recorrer las páginas de este Anuario 2003 signifique para cada
uno recrear y disfrutar lo vivido durante el año, o simplemente descubrir
facetas desconocidas del Colegio, para nutrirse nuevamente del espíritu
que motivó actividades tan ricas como diversas.
Que la Sagrada Familia bendiga cada uno de nuestros hogares y los haga crecer
con el regalo por excelencia que nos trae el Niño de Belén: la
paz. Esa paz que significa respeto mutuo, comprensión, confianza y una
valoración consciente del don de la vida recibida.
A disfrutar pues de las variadas páginas de este nuestro anuario que
es el fruto también del esfuerzo tesonero y callado de quienes se brindaron
generosamente para hacerlo realidad. A ellos nuestro reconocimiento y el de
toda la comunidad educativa.
Hno. Néstor Achigar
Director