Está llegando la Navidad. Es tiempo de agradecer y recordar, de valorar la vida y a aquellos con quienes la compartimos. De soñar un mundo mejor porque Dios, se sigue despertando en nosotros, iluminando la noche que nos envuelve para hacernos entrar en calor y reavivar el fuego que llevamos dentro…
No conocíamos bien a Dios hasta que se hizo nuestro vecino y acampó entre nosotros. Entonces le vimos cara a cara, le reconocimos tan humano como cualquiera de nosotros. Le perdimos el miedo y le llamamos “amigo”. Y entendimos que Dios no podía ser de otra manera que semejante a nosotros. Sí, Dios sigue prefiriendo este mundo para vivir en él. La Navidad nos recuerda lo sagrado que es ser humanos, rofundamente humanos. María y José fueron los testigos más cercanos de este gran acontecimiento.
La Navidad nos regala un mensaje: “les traigo una gran alegría”, mensaje que ayuda a crecer y
tiende puentes de humanidad, que frena la violencia y el egoísmo que nos tientan…
Dios sigue llegando
con mensajes que alegran nuestro corazón. La Navidad nos despierta a esta verdad, la de un Dios enamorado de
nuestra pequeñez que desea hacer camino junto a nosotros. Por amor. Por puro amor. Porque no trata de otra cosa
esto de la Navidad que, de aprender a amar, tanto como somos amados.
¡Les deseamos a todos una Feliz Navidad y un mejor comienzo de año!
Hno. Edgardo Bruzzoni
Animador Provincial