Estimada familia:
Presentar el anuario 2017 es dar cuenta de los frutos, de los buenos frutos, pero también de los procesos.
Tienen en sus manos una apretada muestra de lo mucho vivido y compartido a lo largo de un año por quienes formamos parte de nuestro querido colegio, y en especial por sus hijos.
Este anuario es motivo de legítimo orgullo para todos nosotros, que día a día entramos en él motivados y llenos de entusiasmo, dispuestos a darlo todo, buscando siempre lo mejor para los niños y adolescentes que nos confían.
Año a año renovamos nuestro compromiso con el Carisma Nazareno heredado, del cual somos custodios, e
intentamos transmitirlo con palabras, gestos y opciones.
También año a año renovamos nuestro compromiso con la calidad educativa, como parte de nuestra
responsabilidad histórica con el presente y el futuro de los educandos y de la sociedad toda.
Hemos realizado muchas actividades en el 2017, hemos aprendido mucho y crecido mucho en nuestros aprendizajes de
acuerdo a nuestro Proyecto Educativo Institucional, el cual hemos asumido con gran responsabilidad. Asimismo destaco el
respeto y la solidaridad como valores que intentamos cultivar en cada actividad desarrollada.
En estas páginas encontrarán muchas imágenes y relatos de actividades que se han realizado en las
aulas y patios de esta querida casa, pero además de encuentros, jornadas y retiros en otros espacios
también entrañables para esta Familia, como son el Campo Taborin, en Piedras Blancas y en el Campanero,
en Minas.
Sin duda página a página iremos experimentando ese sentimiento de pertenencia, que en muchos casos viene de varias generaciones y continúa hoy. El Colegio forma parte de nuestra vida y estamos felices, es que aquí hay mucha vida.
Más allá del significado personal y familiar que destacamos, el anuario es también un modo de registro, es la memoria institucional. Con él damos cuenta a los otros lo que pasa en el Colegio Sagrada Familia.
Presentarlo es para mí motivo de alegría y compromiso de “cuidar” esta casa con memoria agradecida al Hermano Gabriel, y a todos los Hermanos que siguiendo sus huellas, entregaron su vida en este lugar del mundo: la educación, y concretamente en esta tierra y esta querida “Sagrada Familia Aguada”.
Asumo con humildad la rica herencia y pido a Dios los talentos necesarios para seguir acompañando a la Comunidad Educativa para juntos hacer del Colegio un permanente Hogar, Templo y Taller.