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La fe era el principio y norte de todas las acciones y empresas del Venerable Hermano Gabriel Taborin y la oración su fuente y recurso. (Testimonio del Hermano Amadeo Depernex, sucesor del Hermano Gabriel)
Estimados Hermanos, miembros de las Fraternidades Nazarenas, Aspirantes a Hermanos, Comunidades Educativas, Comunidades cristianas, Catequistas y amigos de la familia Safa:
La clausura del Año de la fe el 24 de noviembre de 2013, oportuna coincidencia con la conmemoración de la fiesta de nuestro Fundador, me lleva a sugerir en el mensaje de este año algunas ideas sobre la vivencia de la virtud de la fe del Venerable Hermano Gabriel con el deseo de que todos los miembros de la Familia Sa-Fa acrecentemos nuestra cercanía con el Señor.
En el Perfil Espiritual del Hermano Gabriel, (Sumarium), se lee que “Quienes le conocieron no dudan en afirmar que la fe de nuestro Fundador era su virtud característica, la que guiaba su conducta, alentaba su vida e iluminaba sus acciones. Su fe se manifestaba sobre todo en los momentos difíciles y en las pruebas, en la calumnia, en la pobreza extrema y cuando el alma podía dudar de la misericordia de Dios. Su actitud de fe le hacía ver la mano de Dios en cualquier acontecimiento que supera lo humano. La vivencia de esta virtud fue rica en obras”.
Pues bien, en esta ocasión, al concluir el “Año de la fe” y celebrar la fiesta de nuestro Fundador, os invito a considerar el modo peculiar de vivir la fe del Hermano Gabriel en las circunstancias de su vida en las que sobresalen tres miradas muy concretas para entender tanto su historia personal como el mundo que le rodea.
Su manera peculiar de vivir la fe no fue tanto un esfuerzo por encontrar a Dios sino un dejarse encontrar por Él, una experiencia como la que se narra en el libro de los Reyes (1 Re 19,11-13) referida al profeta Elías: “Pasó antes del Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos: en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto, y en el terremoto no estaba el Señor. Después vino un fuego, y en el fuego no estaba el Señor. Después se escuchó la voz de una brisa tenue y allí estaba el Señor”.
De igual manera cada uno de nosotros desde la experiencia de “encuentro con el Señor en la brisa tenue de nuestra cotidianidad”, clave de nuestra espiritualidad Sa-Fa, estamos llamados a manifestarlo en los gestos simples de cada día y en las circunstancias que nos toque vivir y a proclamarlo en nuestras parroquias, colegios, lugares de trabajo, casas y en nuestras familias.
Así pues, al finalizar el Año de la fe, coincidiendo con el ciento cuarenta y nueve aniversario de la muerte del Hermano Gabriel, invito a todos a fortalecer nuestra comunión con Dios y por sugerencia de nuestro 37 Capítulo General a “Aceptar y acoger al diferente con una mirada de fe, asumiendo las nuevas realidades de la sociedad que nos desafían y humanizan”. Estimulados por el ejemplo de nuestro Fundador hagamos memoria de su persona recordándolo en el día de su fiesta como:
Damos gracias al Señor por la herencia de nuestro Fundador y por tantas personas de la familia Sa-Fa que de forma discreta y silenciosa, desde una fe de discípulos y misioneros, se esfuerzan por vivir e irradiar el carisma del Instituto.
Mientras entramos en el año del 150 aniversario de la muerte del Venerable Hermano Gabriel Taborin. Feliz fiesta.
Frère Juan Andrés Martos Moro S.G