La luz al final del túnel decimos. A veces no la vemos porque no hemos pasado todavía la curva que no nos permite ver la luz, pero confiamos que está. No hay muerte sin resurrección, vivir la cuaresma como la estamos viviendo pone a prueba nuestra fe y nuestra confianza en el Señor que ha resucitado y ha vencido a la muerte. Hace unos días el Papa Francisco en una homilía, que recomiendo reflexionar y meditar, nos decía, comentando el evangelio de la tempestad calmada: “Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente”.
Esta tormenta inesperada, furiosa y global, nos está poniendo a prueba y nos llama a dar un
nuevo sentido a lo que estamos viviendo “nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza
capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar”. Quiero destacar la
entrega y dedicación constante y diaria de quienes están al servicio de los demás y “están escribiendo
hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de
reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad,
voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo”.
Cuantos padres de nuestros colegios y docentes están al pie del cañón dándonos el mensaje que han
comprendido que de esta tormenta no nos salvamos solos y siguen generando esperanza de vida,
mostrándonos a ese Jesús sufriente en la Cruz que dio su vida por nosotros: “En su Cruz hemos sido salvados
para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos
posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar” nos dice Francisco. Vivir la semana santa es animarnos a
crear “espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de
fraternidad y de solidaridad”. ¡Gracias padres, gracias educadores por reavivar nuestra esperanza!
Vamos a vivir una semana santa muy especial porque la vamos a vivir dentro de nuestros
hogares, en familia o en soledad, unidos o distantes, trabajando o en casa, todos bajo una misma
consigna: #Quedateencasa
. Como Familia SAFA estamos invitados a vivir esta semana como una
oportunidad de reavivar nuestra fe y nuestra esperanza, estamos llamados a realizar gestos proféticos
que generen esperanza en el entorno en que estamos viviendo, una oportunidad para vivir los valores
nazarenos. Hoy más que nunca bajo el “humilde techo de Nazaret”, en nuestras casas, podremos
generar esperanza con gestos sencillos y fraternos, sanando nuestras heridas, acompañando a los que
están en soledad, reconstruyendo vínculos y construyendo un mundo mejor.
En este saludo Pascual me uno al mensaje que nos deja el Papa Francisco: “En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado”. Cristo está vivo y sigue presente en medio nuestro, Cristo es nuestra luz en medio de la tormenta. ¡Felices Pascuas de Resurrección!
Hno. Edgardo Bruzzoni
Animador Provincial