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reflexiones

Sobre el proyecto educativo del Instituto
(Cultura, persona y conciencia)

1º-. Despertar la conciencia, hacer consciente lo inconsciente

a-. Educar la conciencia,

educar el corazón, educar el espíritu la interioridad, la capacidad mística de la persona, la racionalidad abierta y dialógica. Tener en cuenta que uno de los aspectos más importantes en la tarea educativa del Hno. Gabriel, una de las intuiciones claves fue “Educar la conciencia”, “educar el corazón de un niño supone... ver Nº 643 y 645 del N.G.” y la vinculación de la conciencia con Dios.

b-. “Cuidar la vida, animar la vida y cuidar los ambientes donde se desarrolla la vida”

fueron intenciones e intuiciones claves de la propuesta de Gabriel. Difícil cuidar la vida si no ha desarrollo de la conciencia y ambientes que la confronten.

c-. Su personalidad y sello fue ser “Animador de la Comunidad y Formador de animadores”.

d-. Formar la conciencia para cambiar la mentalidad y generar cultura.

Educar y formar la conciencia. Sin ella nada es posible. Con la conciencia surge la racionalidad, el buen juicio, el saber, el saber vivir, el saber hacer y el saber ser. Surge la responsabilidad y la libertad. No hay ni puede haber conciencia sin la posibilidad y capacidad de ponerse frente al otro pues ahí puede aparecer la verdad de mi mismo. La formación de la conciencia propicia una identidad propia, crea una mentalidad y esto puede generar una cultura capaz de ser evangelizada, de entrar en diálogo.
Los hombres se forjan, crecen y maduran como personas. De ahí la repercusión cívica de la educación, la repercusión cívica de la educación moral y religiosa y la repercusión de la educación religiosa y moral en la educación escolar. No es posible ser ingenuos: donde se construye la conciencia del hombre en su raíz, allí están naciendo ya las ramas y apareciendo ya los frutos de muchas actitudes futuras en ciudadanía, política y sociedad. Quiéranlo o no ellos, los educadores determinan una implantación fundamental en la realidad y, con ello, fundan la capacidad o incapacidad de una persona para llegar a comprenderse, comprender a los demás y también para llegar a comprenderse desde la fe.
La cuestión de fondo es la siguiente: ¿Quién forja al ciudadano, del que depende el rumbo político y social del País? Quién forja al hombre. Y ¿Quién forja al hombre? Quien le ofrece saber, sentido, posibilidades de vida, horizonte de esperanza, criterios y comportamiento, pan para comer e instituciones para vivir. La mentalidad, la cultura, la ciudadanía se forja, por lo tanto, en los senos donde se forja la vida y viene por los caminos por donde esta llega a cada uno de los humanos en sus situaciones existenciales.
Quien quiera realmente atender al ser humano, deberá cuidar, regar, podar, injertar, decantar aquellos solares previos de la cultura, la ciencia, la religión, la ética, la utopía que son los que sostienen la conciencia y la estimulan. El diálogo verdadero y el ejercicio de la convivencia se adquieren pasando de la permanente formalidad vacía del “dialogar” al encuentro con las realidades que advienen al hombre y sobre las que tiene que decidir. Esto le hace realmente consciente y humano.
La cultura tiene que ver esencialmente con el sentido de la vida, el deseo de plenitud y el vínculo con lo sagrado.
La cultura genera matrices de percepción y representación de la vida que afectan a las decisiones de las personas por eso se hace imprescindible la educación de la conciencia, el hacer consciente lo inconsciente para poder generar mentalidades y cultura abierta a la verdadera humanización y al aporte de la evangelización. Por eso la tarea educativa es clave cuida, como lo deseaba el Hno. Gabriel, la conciencia y el vínculo con la divinidad. Por eso la vocación y la misión del Hno. son fundamentales hoy.
  • Educar la conciencia, la mentalidad, la cultura. La “verdad común de las culturas”, la “esencia común de la persona que es ser en relación, en comunión”, la “verdad del ser humano abierto a la transcendencia y a la eternidad”, la “racionalidad abierta”.
  • La verdad común de las culturas es la tendencia a la comunión, a lo eterno, la conciencia del pecado, la tendencia a lo divino, al perdón, a buscar la comunión, a tener y guiarse por criterios morales y normas.
  • La cultura: “Es la forma de expresión comunitaria, nacida de la dinámica histórica, de los conocimientos y de los valores que marcan la modalidad de esa cultura comunitaria. La cultura es la expresión del esfuerzo común de la búsqueda del sentido del hombre, de la historia y de la divinidad”.
  • “La esencia común humana” pide y exige el diálogo de las culturas, pide y exige para poder servir, cuidar y dignificar al ser humano la interculturalidad, pide y exige el diálogo con la fe que es una cultura porque ofrece una visión del hombre y de la historia desde la persona de Cristo. La esencia común humana es “ese anhelo inextinguible de lo infinito, de lo divino, la necesidad de transcenderse, ir más allá, la intencionalidad de sus acciones, la apertura, el dialogo y la relación”.
  • “La verdad del hombre”, la esencia común del hombre esa necesidad del ser humano de hacia lo infinito, lo absoluto, lo que perdura, la transcendencia, lo que va dirigido a alguien y espera respuesta, la apertura de la mente, el diálogo la admiración, la contemplación, la meditación.
  • “La racionalidad abierta” que va más allá de sí misma, de lo experimentable, verificable, que se abre a lo vivenciable, al anhelo de infinito, de plenitud, a una unión con lo divino, a una religión apropiada a la verdad del hombre, a un relacionamiento con o transcendente, a una dimensión mística de la mente.
  • Tener en cuenta “Los extravíos de la conciencia y los caminos de la conciencia”.
(Se puede consultar para mayor información: “Del tener al ser” de Eric FROMM, Ed. Paidós, Buenos Aires 1992 y “El arte de escuchar”, Ed. Paidos, Buenos Aires 1993, Eric FROMM

e-. Extravíos y caminos de la conciencia

Extravíos: enredar, enmascarar, desfigurar la verdad.
  • La gran mentira. Ofreciendo y prometiendo la felicidad a través de “creaciones light”, banales, efímeras, para el consumo, intranscendentes pero subyugantes. Son mezcla de verdad y mentira por lo tanto una gran mentira. Una verdad a medias es un gran engaño. En esta situación se hace muy difícil distinguir entre lo verdadero y lo falso, lo genuino y lo fingido. Se presenta a la sociedad del consumo y del bienestar como la salvación del hombre. En general en este ambiente se calumnia, se denigra, se desfigura y se persigue al que dice la verdad.
  • La charla trivial y las malas compañías. Trivial es lo mediocre, lo superficial que no se sostiene por sí mismo, le falta consistencia. Es quien no distingue entre lo esencial y lo superficial. Con la trivialidad surge el vacío, la rutina y la indiferencia. Se está siempre urgido por las novedades y chismeríos. Es prudente evitar las personas triviales, destructivas, agresivas y sobre todo narcisistas.
  • La vida sin esfuerzo y sin dolor. Vivir bien parece ser que quiere decir vivir sin esfuerzo lo cual es imposible, va inscripto en la esencia humana. La primera revolución industrial reemplazó la energía humana por la mecánica.
    La segunda revolución industrial entregó la memoria y el conocimiento a las computadoras. Se olvidó que la esencia de la vida y del hombre no es “cogito ergo sum” sino “patio ergo sum” y si “sufro sé que sufro (existo) con otros”.
  • El miedo a la autoridad y el ideal del capricho. Hacer lo que quiera y cuando quiera sin que me pongan un límite, estamos cerca del narcisismo.
Caminos: Vigilar, discernir, dilucidar, esclarecer, hacer verdad, saber vivir
  • Querer una sola cosa. Implica tener un objetivo, una dirección, una orientación y tomar decisiones en consecuencia. Es lo que llamaríamos la “opción fundamental” que encamina toda la vida. “Amarás a Dios con todo tu corazón con toda tu alma...” En el Evangelio se nos dice: “No se puede amar a Dios y al dinero”. Querer una sola cosa es lo que se llama fidelidad y virginidad. Al estar tironeado por varias opciones la personalidad se dispersa, esto exige un proceso de sinceramiento.
  • Estar despierto, vigilar. La sociedad hoy en día estimula el dormirse, irse, volar, no mostrar la realidad con cantidad de consumos entre ellos las drogas que impiden despertarse. Sería conveniente en esta cultura sugerir preguntarse qué nos despierta para saber quiénes somos. “Dime qué te despierta y te diré quién eres”. ¿Qué clamor te despierta?
  • Hacerse consciente. Significa enterarse, integrarse, completarse. Es un saber profundo, total y participativo. Significa ante todo hacer consciente lo inconsciente.
  • Concentrarse. Resulta un bien escaso en esta era cibernética. Se hace todo lo posible para no concentrarse. Cuánto más débil y vacío se siente el “yo” más miedo a concentrarse se tiene porque no encuentra nada consistente adentro. Es la dispersión de la subjetividad. Concentrarse es la capacidad de sentarse para no hacer nada. Quedarse sin agarraderos ni soportes.
  • Meditar. En definitiva es verse para liberarse de la codicia, el odio y el engaño. No querer atrapar, manejar, agredir, manipular.

f-. Caminos hacia la verdad, la racionalidad y el amor

  • Cambiar la forma de obrar. No solamente analizarse y conocerse sino tomar decisiones en consecuencia.
  • Crearse intereses, motivaciones. Acabar con el exagerado interés por uno mismo y salir de sí mismo.
  • Aprender a pensar críticamente. El pensamiento crítico es la única arma y la única defensa que tiene el hombre hoy frente a los peligros de la vida y especialmente frente al relativismo y el secularismo. Pensar críticamente es hacerse consciente.
  • Conocerse a sí mismo y hacer consciente lo inconsciente. Enterarnos de lo que nos es inconsciente, de aquello que no sabemos y conocemos sobre nosotros mismos. Sacar a luz la mayor parte de nuestra vida psíquica especialmente la que obra independientemente de nosotros. En lo que se refiere a los problemas de la existencia y de la dinámica intrapsíquica la mayoría somos ignorantes.
  • Hacerse consciente del propio cuerpo. El cuerpo es la expresión más auténtica de nuestra intimidad. El cuerpo nos permite medir el propio estado de ánimo por las posturas que adopto. El cuerpo manifiesta lo que llevamos dentro.
  • Concentrarse y meditar. La calidad de vida, la capacidad de estar vivo y cualquier logro dependen de la capacidad de concentrarse y meditar.
  • El descubrimiento del propio narcisismo. Es narcisista aquel para quien la realidad consiste solamente en lo que ocurre en su propia subjetividad. La realidad está constituida por sus propios pensamientos y sentimientos. Por eso el niño pequeño es extremadamente narcisista, porque al principio no hay todavía una realidad exterior para él con quien confrontar. El psicótico es extremadamente narcisista porque su única realidad está constituida por sus vivencias íntimas. Y la mayoría de nosotros somos más o menos narcisistas, nos inclinamos más o menos a tomar solo por real lo que tenemos dentro, lo que vemos, lo que sentimos y no lo que se refiere al otro. Para comprender al hombre realmente, o sea, para comprendernos a nosotros mismos, una de las cosas más importantes es conocer el propio narcisismo, al que no se ha prestado atención verdadera, ni siquiera en el psicoanálisis ortodoxo. El narcisista es sumamente inseguro porque ninguna de sus vivencias y pensamientos se basa en la realidad, por eso mismo fanfarronea, aparece como brabucón o bien como víctima.
    Generalmente no tiene un pensamiento riguroso ni capacidad de fundamentación; sí tiene buena capacidad de simulación y manipulación. Cae fácilmente en la depresión porque se ve vacío o en la euforia cando lo congratulan. Si encuentra alguien que lo critica, que lo confronta, que no le dice lo que quiere escuchar, se siente atacado, se conmueve toda la su fe en sí mismo, se desinfla su hinchazón y queda muy deprimido y furioso. No hay furia ni bronca más grande, agresividad más dura que la de un narcisista. Perdonará lo que sea menos que ofendan su narcisismo. Trata de vengarse. Este trata de asociarse generalmente con otros que son como él. Se dice que el narcisismo colectivo es el narcisismo de los pobres. De aquí se pueden extraer muchas consecuencias sociales, políticas y religiosas: “nacionalismos”, “barras bravas”, “tribus ciudadanas”, “patotas”, “fundamentalismos del color que sean”, etc. Y también lo importante que es trabajar el narcisismo como camino de sinceramiento para no crear engaños personales y colectivos. Es narcisista sobre todo quien no le interesa cómo son las cosas realmente porque está seguro que las únicas verdaderas son las suyas. Comprender el narcisismo es una de las claves para comprender los actos irracionales de los demás y para comprenderse a uno mismo. Las propias reacciones irracionales se deben en gran medida a fenómenos narcisistas.
    Analizar a una persona narcisista es dificilísimo, porque es relativamente inabordable. Uno puede averiguar su narcisismo mediante la propia observación, la comparación y la observación de los demás. Es fundamental que el narcisista sepa que otro sabe lo que le ocurre, se defenderá pero ahí cambia la pisada. El problema del narcisismo “es decisivo en el desarrollo humano y de la personalidad”. Todas las enseñanzas de las grandes religiones junto a cualquier afirmación que se precie de humanista tiene un solo propósito esencial: en definitiva todo lo que dicen es que debemos vencer nuestro narcisismo. Este es el principio de todo amor, de toda fraternidad, porque con el narcisismo nos enajenamos mutuamente, nos hacemos hostiles e incapaces de comprendernos. Este el verdadero camino hacia la verdad, el verdadero proceso de concientización. En la vida cristiana es lo que se llama tener caridad que es lo que posibilita la santidad.

g-. Educar y desarrollar las ocho competencias básicas y las ocho inteligencias múltiples

Las competencias, diferentes estilos de aprendizajes:
  • Lingüística: habilidad con palabras y letras
  • Lógico-matemática: hábil con la lógica y los números
  • Espacial: hábil con las imágenes y el espacio
  • Cinético-corporal: hábil con el cuerpo
  • Musical: hábil con el sonido y la música
  • Interpersonal: hábil con las personas, relación y conocimiento
  • Interpersonal: hábil con uno mismo, conocimiento interno
  • Naturalista: hábil con la naturaleza
Las inteligencias Múltiples (Gadner 1983 las seis primeras, 1999 las dos últimas)
  • Verbal-lingüística
  • Lógico-matemática
  • Espacial
  • Musical
  • Corporal-cinestésica
  • Emocional: interpersonal e intrapersonal
  • Naturalista
  • Transcendental: espiritual y existencial

h-. Desenmascarar el sistema injusto, liberal y antihumano signado por lo económico y lo político incapaz de preguntarse por el sentido y dignidad de la persona.

El valor de la opción por los débiles de la tierra. Los desgraciados existen, los pobres existen, y existen los que sufren. Y estos son los preferidos por Jesús, al que tenemos por Maestro. Es verdad que hemos de amar a todos, pero tam­bién es verdad que debemos empezar por amar a los que más necesidad tienen de nuestro amor y que no son otros que los débiles de la tierra. Y esto no se arregla con buenos discursos si no con acciones concretas que empiezan por la sobriedad y la entrega personal.
Estos son los puntos que creo resultan innegociables para cualquier colectivo o institución que pretenda tener derecho a llamarse católico.
Estos son los cinco valores que tenemos en estos momentos como tareas por asumir. Estos son los cinco valores, para que queden su­ficientemente claveteados, netamente evangélicos: la dignidad de la persona, la libertad, la creación, la apertura y la estima prioritaria por los débiles. Surgen de las bienaventuranzas.
Nadie ignora que suele ser el último de los valores citados el más difícil de admitir para mucha gente nuestra porque generalmente estamos en otro espacio geográfico y social. Otras veces hemos nacido en un ambiente más deprimido pero después nos hemos instalado y otras la comodidad nos ha ganado. Tratemos de descubrir, al menos, qué comporta este va­lor de la opción por los débiles. En concreto, en un centro educativo como los nuestros, comportaría a mí entender:
  • Dar información constante sobre la situación de la miseria, desigualdad e injusticia en el mundo. Y superar la indiferencia creciente y generalizada sobre las bolsas de pobreza extrema, los guetos en las periferias de las grandes metrópolis, o sobre el continente africano.
  • Lucidez y denuncia de los estragos de los explotadores y de las maldades del mercado ciego. Denuncia del sistema injusto, inhumano, mercenario que rige el mundo (economía de mercado-liberal). Denuncia del atropello de las personas y la política puestas al servicio de ese sistema y del dinero para unos pocos.
  • Que los más débiles del aula -sea por razones de economía, idioma, trabajo, estética, cultura o inteligencia- se sientan valorados como nadie.
  • Llevar un estilo de vida que no sea un agravio u ofensa para los pobres, quizás lo más significativo, examinando permanentemente el estilo de vida que llevamos antes de hablar sobre la pobreza.
  • Estar atentos al clamor de los abandonados, de la humanidad sufriente. No olvidar las víctimas de nuestro propio sistema: embarazos de adolescentes, consumo de droga, violencia y persecución de chicos a otros chicos, soledad, desprotección, falta de contención, de referentes y de marco que ordene y contenga la vida. Desestructuración familiar, consumismo e insolidaridad.
  • Poner, en esas situaciones periféricas existenciales, espiritualidad y proceso de humanización. Es decir, poner la cercanía, preocupación, misericordia, compasión de Dios por cada criatura y su dignidad a través de nuestro compromiso solidario y comunitario. Desencadenar un proceso de clarificación y fortalecimiento de la conciencia y la autonomía para poder manejar la propia vida.

i-. Perfil del educador de una institución católica y nazarena

¿Cuál es el perfil de un educador católico y nazareno?. Imagino que los alumnos educados por él tendrían estas seis características, para lo cual él mismo las debería profundizar:
  • Abiertos: todo lo contrario de cerrados, abiertos de mentalidad, abiertos de deseos, abiertos socialmente fieles a la consigna evangélica: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt.5, 48)
  • Rigurosos, con vigorosa autodisciplina, sin miedo al esfuerzo, a la confrontación y a la evaluación sabedores de la parábola del talento en la que se elogia a aquellos que supieron hacer rendir al máximo cada cualidad recibida.” (Mt25, 14-30)
  • Avanzados: con las herramientas del momento, las más sofisticadas si es preciso, las que el entorno emplea o empleará pronto, recordando la frase paulina: “Hacerse todo para todos para ganar a algunos, cueste lo que cueste”. (1ª Corintios 9,22)
  • Solidarios: Comprometidos con el proyecto de una humanidad pacífica y fraternal, sin diferencias indignantes, guardando todos escrupulosamente el mandamiento nuevo: “Amaos como yo os he amado”. (Juan 15,12)
  • Fraternos: Convencidos y consecuentes de que todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre. “No dejen que nadie les llame Maestro, porque tienen un solo Maestro, y todos Ustedes son hermanos”. (Mt. 23, 8).
  • Humildes: buscadores de la verdad, clarificadores de las situaciones y de las relaciones, capaces de conocerse a sí mismos y así poder actuar desde la verdad y la realidad más auténtica de cada uno. “Mira sobre qué construyes... El que construye sobre arena vienen las lluvias y las tormentas y... En cambio los que construyen sobre roca...”. (Mt.7,24-27)

2º-. Crear la comunidad-la familia

  • Ser conscientes de la desnudez, limitación y fragilidad común que todos traemos: “Sin nada salí del vientre de mi madre y...”
  • Pasar a la necesidad de equiparnos sin que este proceso quede en el individualismo o realización personal. Equiparse sí para compartir y crecer. “..No existen más las palabras, “mío” o “tuyo” sino “nuestro” y temen menos ser atacados ellos que la comunidad...”
  • Urgencia de encontrarnos para sobrellevar nuestras limitaciones y pecados, para compartir nuestras posibilidades en quien nos sostiene y nos llama a ser hermanos
  • Prioridad en toda nuestra tarea educativa y evangelizadora crear pequeñas comunidades en las que todos nos encontramos para apoyarnos en y desde Dios para llegar encarnarnos en cada cultura.

3º-. Dimensión espiritual

  • Somos llamados, somos Palabra y amor, somos fruto de una atención especial de otro: pensados queridos, hechos tal como nos pensó desde toda la eternidad el Padre en Jesucristo.
  • Somos hijos de Dios, humanos y hermanos. Humildad y obediencia además de libertad y racionalidad.
  • Experiencia religiosa y espiritual aparece en todos los seres humanos incluso en las situaciones más precarias y trastornadas: Ver Vicktor FRANKL, Eric FROMM, Heisemberg, Max Plank, Levi, Einsteín, etc. La búsqueda de Dios y de lo infinito, la protección y el relacionamiento con lo divino. La revelación, la propuesta y el camino que ofrece Dios en Jesucristo.
  • “Reforzar la capacidad mística de la mente y de la racionalidad humana” que es la que abre a la relación fe y cultura, fe y razón, fe e ilustración. Hoy en día, que se ha relativizado la capacidad de la mente encerrándola en una tiranía del método y de la verificación positiva solamente de lo experimentable, habría que reforzar la capacidad mística de la mente humana. La capacidad para retirarse a sí mismo, una mayor apertura interior, una disciplina que se sustrae a los sonidos y a las impertinencias. Todo esto debe convertirse en nosotros en metas prioritarias.
Ya lo señalaba Eric Fromm en su libro del “tener al ser”, también Ratzinger en sus escritos. Existe hoy día una hipertrofia del hombre exterior y una inquietante debilitación del hombre interior. San Pablo en Ef.3, 16, nos dice que tenemos que fortalecer el hombre interior.

Hno. Aurelio,
Julio de 2013